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AULAS ACTIVAS
Aula "Alfonso VIII". San Esteban de Gormas, Soria
Durante los días 23 al 27
de Marzo de 2009, treinta alumnos del IESO “Quercus” de la localidad de Terradillos
en Salamanca, acompañados por dos profesores, participaron en el programa:
Aula Activa, “Alfonso VIII” San Esteban de Gormaz, Soria.
En cuanto a los objetivos didácticos, la finalidad educativa de este programa
es, como recurso didáctico, complementar la formación que se imparte
dentro del aula y ofrecer a los participantes la posibilidad de conocer el medio
natural de Castilla y León, sus ecosistemas, riqueza paisajística y
elementos de su flora y fauna. A su vez, pretende que los alumnos descubran un entorno
nuevo y diferente al que están habituados, analizando los elementos físicos
que lo componen, conocer sus gentes, su patrimonio social y cultural, su historia,
sus recursos, su flora, su fauna, utilizar técnicas para desplazarse, sensibilizarse
en la conservación y respeto del medio ambiente, disfrutar de la naturaleza...
etc.
En cuanto a lo humano, el objetivo fundamental era: “Fomentar el respeto, la participación,
la responsabilidad, la convivencia y el trabajo en equipo”, creemos que la experiencia,
en general y tanto para profes como alumnos, ha sido muy fructífera, sobre
todo, si tenemos en cuenta que la mayoría de los alumnos era la primera vez
que vivía una situación de estas características. Para los alumnos,
la tan ansiada independencia, utilizando las palabras que alguno de ellos pronunció
en cuanto el autobús cerró las puertas y comenzó a moverse en
dirección al desconocido pero anhelado destino: ¡QUÉ GUAY, UNA
SEMANA SIN PADRES, SÓLO CON MIS AMIGOS!.
El viaje. Los primeros momentos en el albergue fueron muy novedosos para ellos y
se encontraron desorientados y expectantes. Hacerse las camas, ordenar la ropa en
los armarios, servirse la comida,... También, y no podía ser de otra
manera, se presentaron algunas dificultades, “como muestra, sirva un botón”,
aquí va algún ejemplo: ¡Me niego a comer esto o aquello! (claro,
aquella comida no sonaba a la tan rica comida de “mamá”), pero, y sin demasiadas
protestas, la mayoría terminaba ingiriéndola y, en muchos casos, ¡incluso
les gustaba!, ya lo dijo la canción... ¡sorpresas te da la vida!. Otro
ejemplo podría ser prestar la atención adecuada a las interesantísimas
actividades que se les proponían.
Algún otro ejemplo significativo se podría mencionar, pero añadámosle
intriga a la historia... dejemos que el lector imagine qué dificultades pudieron
causarle chicos de 13 y 14 años a los dos profesores que les acompañaron
en la aventura. Para tranquilizar al lector y no dejar que su imaginación
se dispare, todas las dificultades que surgieron se fueron superando gracias a la
buena actitud, esfuerzo, interés y colaboración de todos. El plan de
trabajo tenía un horario preciso, pero actividades diversas y bien organizadas.
Visitaron el pueblo de San Esteban de Gormaz, entrando en contacto con el maravilloso
románico de sus iglesias y acercándose a la histórica e ilustre
figura de “El Cid”, personaje que estuvo muy presente en una pequeña representación
teatral, en la cual participaron los profesores, que los alumnos tuvieron el placer
de presenciar el último día antes de la cena.
Hicieron diversas marchas por la zona, en la primera de ellas visitaron una atalaya
árabe y durante el trayecto conocieron el bosque mediterráneo, observaron
la fauna del lugar aprendiendo, al mismo tiempo, a identificar las huellas que se
iban encontrando. Realizaron talleres de elaboración de jabón y reciclaje
de papel. En la segunda marcha, que duro toda la jornada, dedicamos la mañana
a conocer el funcionamiento de un molino y los sistemas de molienda tradicionales
desde sus orígenes. La tarde sirvió para recorrer las orillas de un
río y aprender a medir la contaminación ambiental mediante la observación
de los denominados “bioindicadores”. Al día siguiente, los alumnos conocieron
todo el proceso relacionado con la elaboración del vino: visitaron una viña
y aprendieron a podar, conocieron in situ lo que es un lagar. Después, de
regreso al centro, pasamos por las bodegas excavadas en la montaña. Rematamos
el día pasando el tiempo libre de la noche en el “Cubil” (local abierto exclusivamente
para ellos, eso sí, ¡nada de alcohol! como manda la ley a ciertas edades),
donde nos divertimos bailando y cantando hasta una hora más tarde de lo habitual.
Esta actividad de tiempo libre fue una de las más lúdicas y sirvió
para que alguno viviera su primera experiencia en un local de este tipo. Como última
actividad del programa, antes del regreso por la tarde para Salamanca, visitamos
uno de los parajes naturales más significativos de la zona: el Cañón
del Río Lobos. Los chicos se concienciaron de lo importante que es conservar,
proteger y respetar la Naturaleza para que todos, nosotros y generaciones venideras,
podamos admirar un paisaje tan impresionante como el que allí se encuentra.
Ha sido el mejor broche posible para este Aula Activa en la cual han disfrutado un
montón.
En conclusión, podemos afirmar que el grado de consecución de los objetivos
ha sido bastante alto, puesto que a la adquisición de nuevos contenidos se
le ha sumado el aprendizaje de hábitos sociales importantes para ellos: disciplina
y el respeto necesario cuando se comparten espacios y actividades; puntualidad, alimentación
saludable, ocio y diversión sanos y educativos, respeto hacia los lugares,
respeto hacia el material utilizado durante la semana, y además, se han creado
lazos afectivos, bastante necesarios a esta edad.
Como broche final, las Aulas Activas son un gran complemento y una manera de ver
la tarea educativa de forma diferente. Es una buen proyecto que debería seguir
realizándose en años futuros.
Jesús Belver
Jorge
Profesor de Lengua Castellana
jbelver@e-quercus.es
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