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Poetisa griega. Pocos datos
ciertos se tienen acerca de Safo, de cuya obra se conservan apenas algunos poemas
y fragmentos extraídos de citas tardías (tradición indirecta)
y de papiros. Vivió toda su vida en Lesbos, una isla griega cercana a la costa
de Asia Menor, con la excepción de un corto exilio en Sicilia en el año
593 a.C., motivado por luchas aristocráticas en las que se encontraba comprometida
probablemente su familia perteneciente a la oligarquía local. El contenido
amoroso de sus poemas propició toda clase de habladurías, rumores y
noticias falsas sobre su vida. Sus poemas fueron acogidos con entusiasmo desde la
antigüedad, se recitaban y se conocían en la Atenas del s. V a.C. Otro
tanto sucedió mucho más tarde en Roma en donde los poetas latinos alaban
sus poemas. Era una poeta famosa, por tanto, también en Roma en donde había
bustos de la poeta (cf. el discurso de Cicerón contra Verres, acusado de robar
un busto de Safo). Ha sido probablemente la poeta más traducida y más
imitada de la antigüedad clásica.
La poeta actuaba probablemente como maestra de jóvenes aristócratas,
preparándolas para sus casamientos y sus maridos. El espacio en donde enseñaba
se conocía como Thíasos. Allí aprendían a recitar poesía,a
cantarla, a confeccionar coronas y colgantes de flores, etc. De sus poemas se deduce
que Safo se enamoraba de sus discípulas y mantenía probablemente realciones
con muchas de ellas. Todo esto la ha convertido en una abanderada del amor entre
mujeres.
Cuenta la leyenda surgida a partir de algún fragmento de la propia poeta en
el que hace mención de Faón (un hombre bellísimo del que se
enamoró la propia diosa Afrodita, según el mito) que se suicidó
desde la roca de Léucade (roca desde la cual se suicidaban los enamorados)
arrojándose al mar, cuando su amor por Faón no se vio correspondido.
El tema fue retomado por el poeta latino Ovidio quien lo popularizó. Fue especialmente
querido por pintores del s. XIX que reflejan una visión completamente romántica
de Safo con el pelo largo apoyada en la roca.
Safo, junto a su compatriota Alceo, son considerados los poetas más sobresalientes
de la poesía lírica griega arcaica, de la que Terpandro y Arión
son únicamente oscuros precedentes. Son, además, los únicos
representantes de una producción literaria lesbia.
De su obra, que al parecer constaba de nueve libros de extensión variada,
se han conservado también ejemplos de lo que podríamos denominar lírica
popular en algunos epitalamios, cantos nupciales que adaptó de canciones populares
propias de los amigos del novio y de la novia que se improvisarían en las
bodas. Estas canciones se diferenciaban del resto de sus poemas, más intimistas
y cultos para los cuales creó un ritmo propio y un metro nuevo, que pasó
a denominarse la estrofa sáfica.
Safo habla en sus poemas de la pasión amorosa de manera desnuda, sin ornamentos,
como una fuerza irracional, que se apodera del ser humano y se manifiesta en diversas
formas, como los celos, el deseo o una intangible nostalgia. Podemos afirmar sin
ninguna duda la expresión de sus sentimientos amorosos es tan sincera que
el lector se identifica con ella inmediatamente, lo que despierta siempre nuestra
admiración teniendo en cuenta que hablamos de poesía griega arcaica.
Esa impresión, además, no se detecta en otros casos, en la producción
de otros poetas latinos y griegos. Un buen ejemplo de lo mencionado se describe detalladamente
en uno de sus poemas, el más completo que se ha conservado de ella, una mezcla
de himno y oración (el himno en honor de Afrodita). Su poesía tuvo
un gran éxito ya en la Antigüedad, y sirvió de fuente de inspiración
a grandes poetas, como los latinos Catulo y Horacio; ya a partir de la época
alejandrina se puso de manifiesto el interés por conservar su obra e intentar
descubrir nuevas partes.
En 2004 fueron hallados nuevos fragmentos de Safo, que amplían y mejoran sustancialmente
uno de los que ya teníamos de ella. En este nuevo fragmento ampliado, Safo
se lamenta del paso de tiempo y plasma de forma magistral los efectos de la vejez
en su cuerpo y carácter utilizando el mito de Titono, el enamorado de la diosa
Aurora de dedos rosados, quien pidió a los dioses que lo convirtieran en inmortal,
pero olvidó pedir para él la eterna juventud. Como consecuencia de
ello, Titono es el eterno viejo, no se muere nunca, pero siempre se va haciendo más
viejo. Se trata de un símil precioso con el que Safo se identifica plenamente
puesto que en su calidad de educadora se ve como Titono frente a sus alumnas siempre
de la misma edad, siempre inmortales de alguna forma.
Sus poemas más famosos son, además de los dos mencionados, aquel en
el que describe lo que podrían considerarse "síntomas de la enfermedad
del enamoramiento", universal y aplicable a todo enamorado, así como
el fragmento en el que confiesa que no hay en el mundo nada más maravilloso
que el ser a quien uno ama.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Antología de la poesía lírica griega. Carlos García Gual.
Ed. Alianza editorial. Madrid; Líricos griegos. Joan Ferraté. Ed. El
Acantilado. Barcelona; Antología de la lírica griega arcaica. Emilio
Suárez de la Torre. Ed. Cátedra. Madrid; Los dados de Eros. Antología
de poesía erótica griega. Aurora Luque. Ed. Hiperión. Madrid;
Antología temática de la poesía lírica griega. José
Luis Navarro González. Madrid; Yambógrafos griegos. E. Suárez
de la Torre. Textos clásicos de Gredos. Madrid; Lírica griega arcaica.
Fco. Rodríguez Adrados. Textos clásicos de Gredos. Madrid; Poetisas
griegas. A. Bernabé & H. Rodríguez Somolinos. Ediciones Clásicas.
Madrid. |