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Sócrates nació
en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media. Su
padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna comparación
entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates.
Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden, pues, con el período
de esplendor de la sofística en Atenas.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en
torno al hombre y la ciudad, abandonando el predominio del interés por el
estudio de la naturaleza. Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía
estudiando los sistemas de Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras,
entre otros. Pero pronto orientó sus investigaciones hacia los temas más
propios de la sofística.
Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores,
nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas
fueron iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos
han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte,
Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático,
es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates
y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a Sócrates
le interesaba fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo que
su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico:
el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería
algo completamente ajeno a Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato
que hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece
como un sofista jocoso y burlesco, y que no merece mayor consideración. Más
problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico:
¿Responden las teorías puestas en boca de Sócrates en los diálogos
platónicos al personaje histórico, o al pensamiento de Platón?
La posición tradicional es que Platón puso en boca de Sócrates
sus propias teorías en buena parte de los diálogos llamados de transición
y en los de madurez, aceptándose que los diálogos de juventud reproducen
el pensamiento socrático. Esta posición se vería apoyada por
los comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates
y Platón, quien afirma claramente que Sócrates no "separó"
las Formas, lo que nos ofrece bastante credibilidad, dado que Aristóteles
permaneció veinte años en la Academia.
El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda
de la definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método
inductivo; probablemente la búsqueda de dicha definición universal
no tenía una intención puramente teórica, sino más bien
práctica. Tenemos aquí los elementos fundamentales del pensamiento
socrático.
Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates
criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran
un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si
decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción
de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera
podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos?
Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto
moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición
universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en
una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está
convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición
ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal
se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación
del relativismo.
¿Cómo proceder a esa búsqueda? Sócrates desarrolla un
método práctico basado en el diálogo, en la conversación,
la "dialéctica", en el que a través del razonamiento inductivo
se podría esperar alcanzar la definición universal de los términos
objeto de investigación. Dicho método constaba de dos fases: la ironía
y la mayéutica. En la primera fase el objetivo fundamental es, a través
del análisis práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra
ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando.
Sólo reconocida nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad.
La segunda fase consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad,
de esa definición universal, ese modelo de referencia para todos nuestros
juicios morales. La dialéctica socrática irá progresando desde
definiciones más incompletas o menos adecuadas a definiciones más completas
o más adecuadas, hasta alcanzar la definición universal. Lo cierto
es que en los diálogos socráticos de Platón no se llega nunca
a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la dialéctica
socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante, desconcertante
o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto, sin llegar
realmente a alcanzar esa presunta definición universal que se buscaba.
Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación
o era de carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad
de Sócrates era práctica: descubrir aquel conocimiento que sirviera
para vivir, es decir, determinar los verdaderos valores a realizar. En este sentido
es llamada la ética socrática "intelectualista": el conocimiento
se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si conociéramos
lo "Bueno", no podríamos dejar de actuar conforme a él; la
falta de virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia,
y la virtud con el saber.
En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con
el régimen de los Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración
de la democracia bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que
honra la ciudad" y "corromper a la juventud". Al parecer dicha acusación,
formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la democracia
restaurada. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó
a marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban
sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad,
y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta.
Sócrates ejercerá una influencia directa en el pensamiento de Platón,
pero también en otros filósofos que, en mayor o menor medida, habían
sido discípulos suyos, y que continuarán su pensamiento en direcciones
distintas, y aún contrapuestas. Algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas
conocidas como las "escuelas socráticas menores", como Euclides
de Megara (fundador de la escuela de Megara), Fedón de Elis (escuela de Elis),
el ateniense Antístenes (escuela cínica, a la que perteneció
el conocido Diógenes de Sinope) y Aristipo de Cirene (escuela cirenaica). |