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madrigal de las altas torres

CONTEXTO HISTÓRICO

Rodeada por una muralla de origen islámico, tierra y piedra levantadas sobre el llano, Madrigal acoge un conjunto monumental que ha merecido la máxima calificación en Patrimonio Histórico-Artístico. Resistiéndose a perder su pasado, los monumentos de Madrigal son una suerte de guía turística tridimensional por la Historia. A cada paso que da, el visitante encuentra con un vestigio de una civilización y de un modo de ver la vida.

Las murallas, con sus poderosos fortines construidos con el modesto adobe. Santa María del Castillo, joya románica que mantiene, eso sí, la presencia mudéjar tan característica en la Moraña. El Palacio de Juan II, residencia de verano de Reyes y después convento de Infantas. El «Arco de Piedra», portada renacentista del antiguo palacio de justicia. San Nicolás de Bari o el Hospital de la Purísima Concepción, muestras del esplendor tardío de la villa. O la Sinagoga, casa noble que recuerda la convivencia de tres etnias y tres religiones en los tiempos medievales.

Madrigal de las Altas Torres es expresión viva de la Historia. Entre sus murallas se guardan relatos y personajes que aún nos conmueven. Así ocurre con la biografía de la reina Isabel la Católica (1451-1504), nacida en Madrigal. O con la historia de "El Pastelero", personaje real del siglo XVI que sirvió de inspiración literaria, entre otros, a Calderón de la Barca y a Zorrilla.